Siempre o por lo general cuando hablamos de la actividad humana, en lo laboral principalmente, siempre se ha entendido algo así como que luego de tener un buen tiempo trabajando ya sean 20 o 30 años, al final de mi protagonismo como trabajador independiente o dependiente, pensaré en la famosa jubilación, que por estos tiempos es bastante controversial.

Ahora bien, y ¿si existiese la posibilidad de no jubilar?, probablemente esa situación existe y varios la tenemos contemplada hacia el futuro, pero si toda la vida te dedicaras a una actividad en particular que te entregara todo, fuese alegría, placer, satisfacciones, paz y movimiento. Hay múltiples ejemplos, la agronomía, la docencia, la medicina, en fin; pero pensemos en un ejemplo real: Dorothea Taylor.

Dorothea lleva más de 50 años tocando uno de los más complejos instrumentos musicales creados en los últimos tiempos: la famosa batería. Si la chequean en redes sociales, es una señora proveniente de Michigan, EEUU, que merece todos los respetos por realizar una actividad que le fascina, y se observa que no la dejará nunca, ojo.

¿Qué hace que esto suceda? Pues bien, Dorothea, enseña, da clases, es entrevistada en programas de tv shows del nivel de Jimmy Fallon en Estados Unidos, toca con muchísimos músicos, muestra y realiza covers de distintos grupos de música, muy distintos a los de su generación.

Dorothea puede ser un ejemplo de romper paradigmas, pese a su edad como pensarían muchos quizás, y que es mujer agregarían otros, continúa dando motivación a los músicos, a la sociedad civil, a las personas en general para que aprendan a tocar Batería, ¿para qué?, para mejorar como sujetos, como personas, y así ir teniendo una mejor percepción de sí mismo, en tanto logras sentirte mejor, sin pensar en que jubilarás.

¿Qué vemos en esto? que no hay edad, ni límites sociales, ni roles femeninos o masculinos que hagan que las personas sigan sus propios deseos, motivaciones, cuando las ideas están claras y puedes ejecutarlas, la claridad no tiene fronteras, y en la música o en otras actividades tenemos diferentes ejemplos, los cuales solo nos detiene cuando nuestra fuerza física ya nos empieza a dejar.

¿Entonces, cómo abren sus propios caminos nuestros deseos?